sábado, 10 de septiembre de 2011

"Después de matar le pido perdón a Dios"

 Con 19 años de edad, "Antonio", un sicario venezolano, ya tiene una docena de asesinatos a sangre fría en su haber. "Es más fácil acabar vidas que robarse un banco", confió a un diario que lo entrevistó.



Después de matar le pido perdón a Dios
La charla, con reserva de identidad, tuvo lugar en Puerto Ordaz. "Antonio", como se hizo llamar por la reportera de El Correo de Caroní, habló de su "oficio" como todo un experto en el "arte" de robar y matar.
"¿Qué es lo que quieren saber de mí?", preguntó el sicario, que aseguró creer en Dios y rezar todos los días. Su carrera delictiva empezó a los 14 años y a los 15 ya era un asesino.
Según él, abandonó los estudios caundo sus padres se separaron y tuvo que ayudar a su madre a mantener el hogar y a sus dos hermanos. "El divorcio me pegó y más cuando mi papá abandonó la casa. Yo estaba en tercer año de bachillerato y dejé los estudios".
De las aulas a la calle y de allí a las malas compañías, ése fue el periplo de Antonio. Sus nuevos amigos tampoco estudiaban, pero tenía una manera "fácil" de darse los gustos.
"Cuando faltaba pan en casa los imitaba a ellos para conseguir billete y llevarle comida a mi gente. Con el pasar de los meses me fui metiendo en problemas. A los 15 maté. Con una pistola prestada le di cuatro tiros a un tipo que me quería tumbar a mi novia".

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